Una pastelería en Tokio

¡Muy buenas noches amantes del cine!

¡Hace un montón que no actualizo el blog! Pero es que ha habido una nueva incorporación en mi vida que me ha robado casi todo mi tiempo libre, su nombre es... NETFLIX. He descubierto nuevas series de las que ya os hablaré más adelante, entre ellas la tan esperada Jessica Jones, pero hoy vengo a hablaros de cine. 

De cine diferente, del que no se proyecta en las grandes y multitudinarias salas, sino en los pequeños cines a los que parece que cada vez va menos gente, los llamados "multicines". Desde aquí vengo a revindicar, sin lugar a dudas, estas salas que ofrecen a un precio muy económico esas películas que apenas reciben atención de los medios, pero que son en ocasiones muchísimo mejores que las que copan los titulares.

Así, gracias a este tipo de propuestas y a una buena recomendación, la semana pasada fui a ver una película japonesa. "Oh que alternativa eres, has ido a ver una película japonesa, que cultureta eres". Pues no, no hay que ir de "cultureta" para intentarlo con cine que no venga de Hollywood. ¡Abrid vuestras miras, probad con otro tipo de cine! 

La película elegida fue "Una pastelería en Tokyo", de la cineasta Naomi Kawase. Aquí os dejo el trailer.

La sinopsis de la película, así como la expone el trailer, puede parecer muy simple: Una señora que quiere trabajar pese a estar más cerca de los 80 que de los 70, un hombre de mediana edad que la ayuda y sí, entre ambos nace un vínculo de respeto y de cariño. Todo normal pero ¿Qué más? Pues este drama también nos presenta una cara de Japón, que al menos yo, no tenía ni idea que estuviera tan presente a día de hoy, la lepra. 

La historia es narrada con mucha calma, a veces demasiada si estás cansado y has ido a verla a las diez de la noche de un miércoles como hice yo, pero tiene una fotografía que se merece todos los minutos que se le dediquen. De hecho, salí del cine queriendo abrazarme a un cerezo en flor. 

Algo que eché en falta fue que no se profundizase un poco más en la historia personal de algunos de sus personajes, para ponernos más en situación, así que al terminar la peli te quedas con una sensación de "¿Y qué pasó con...?"

Lo que más me gustó sin duda, fue poder disfrutar un poco más de las tradiciones, costumbres y gastronomía japonesas, me parece una cultura muy tranquila, educada y respetuosa.

¿La volvería a ver? No ¿La recomendaría? Sí, porque abrir la puerta a nuevas ofertas culturales te ayuda a descubrir pelis, libros etc que quizás te gusten mucho y te estás perdiendo.

¿Habéis ido alguna vez al cine a ciegas, sin saber nada de la peli antes? ¿Probarías con el cine "indie"?

¡Espero vuestros comentarios!